La historia de Ek’ Balam se inicia hacia el año 300 a.c. y culmina con la llegada de los españoles a México.
Fue capital del imperio de Tah, al que rendían tributo los pueblos
mayas de la zona oriente del Estado, incluyendo parte de la costa, como
lo prueban ofrendas de conchas que han sido encontradas.
Tuvo una población de 12 mil a 18 mil habitantes en su núcleo principal. Fue fundada por un señor llamado Ek’ Balam o Coch Cal Balam, quién llegó desde el oriente y gobernó los primeros 40 años del imperio. El asentamiento de Ek’ Balam
llegó a abarcar alrededor de 12 kilómetros cuadrados, que incluía un
espacio central sagrado de poco más de 1 kilómetro cuadrado, donde
residía la élite, y estaba rodeada y protegida por tres murallas.
Ek’ Balam tiene 45
estructuras. Está rodeada por dos murallas concéntricas de piedra y otra
más que une los edificios centrales. Éstas tuvieron fines defensivos y
para el control del acceso. Tiene un juego de pelota, un arco grandioso
donde desembocaba un sacbé (camino sagrado), que en épocas antiguas,
conectaba los reinos mayas. Igualmente se pueden observar estelas y las
llamadas serpientes jeroglíficas, que son monumentos labrados en bloques
de piedra. Las estructuras reúnen varios estilos arquitectónicos, pero
hay detalles que las hacen únicas y bellas, como imágenes con alas
alusivas a las deidades.
La Acrópolis es el sitio principal de Ek’ Balam.
Es una elevación muy fortificada de 160 metros de largo,
aproximadamente 70 de ancho y 31 de altura. Hasta hoy es una de las
estructura más grandes excavadas en Yucatán.
Posee numerosas etapas constructivas
sobrepuestas, donde existen una gran cantidad de cuartos abovedados, en
diferentes niveles, y comunicados por pasadizos. Debajo de las azoteas
cubiertas con paja que protegen la fachada, se aprecia que el detalle
intrincado del arte y del simbolismo incorporado en esculturas que
adornan este templo es una maravilla artística.
En este lugar se ha encontrado, entre
otros tesoros históricos, una tumba con una rica ofrenda del gobernante
Ukit Kan Lek Tok, así como el único glifo emblema existente hasta la
fecha en el norte de Yucatán, con el nombre inscrito de Ukit Kan.
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