Chiapas tiene en sus ciudades mayas a espectaculares baluartes históricos y entre ellas encontramos a las ruinas de Toniná.
Toniná significa en tzeltal “la casa de piedra o el lugar donde se levantan esculturas” en piedras en honor del tiempo. Toniná tuvo una larga aunque descontinuada ocupación.
Toniná, que fue
potencia militar maya, cobró mayor importancia en el año 593 d.c., fecha
en que aparece la primera inscripción calendárica en piedra. En el 805
d.c. hay evidencia de la existencia de una dinastía reinante que
celebraba con monumentos en piedra los nacimientos, casamientos,
victorias de guerra y muertes de los gobernantes.
Para acceder al Juego de Pelota, se hace
a través de una escalinata y es una de las entradas originales más
importantes que llevaban al espacio sagrado. Esta cancha es una de las
más grandes de su época y tiene alrededor de 70 metros de largo. Los
marcadores del piso son circulares, y el del centro tenía labrado un
gobernante sentado sobre el inframundo. En el extremo norte están las
tribunas, y en la parte superior del extremo un baño a vapor.
El Altar de los Sacrificios en Toniná,
está localizado sobre la Gran Plataforma; está rodeado de cuatro
escalinatas. Frente a este altar se descubrió una escultura que
representa el momento en que decapitan a un jugador de pelota. Sobre la
plataforma hay templos, altares, palacios y plataformas aún sin excavar.
El Palacio de las Grecas, está ubicado sobre la cuarta plataforma en Toniná
y su fachada está compuesta de cuatro grecas espirales escalonadas, las
cuales hacen un conjunto monumental de piedra de 7 por 21 metros,
aproximadamente. Sobre las grecas hay una banda celeste con símbolos de
los planetas, el Sol y las estrellas, que remata en un escudo de guerra.
Su acceso es vía una pequeña escalera al Oriente de las grecas que
conducen a una banca de mampostería decorada profusamente; posee patas
de jaguares, atados de flechas, escudos y trinches que representaban el
poder de los gobernantes.
El Mural de las Cuatro Eras o Soles, forma parte de la sexta plataforma en Toniná.
Es una clase de códice de estuco de cuatro hojas que simboliza el mito
de los soles o eras cosmogónicas por las que atraviesa el mundo, al
ritmo de las cuatro estaciones del año. Estos mundos eran construidos y
destruidos por Kukulcán; están representados como cabezas de seres
humanos decapitados y de sus cuellos brotan un círculo de plumas y dos
cabezas encarnadas y descarnadas. Por todo el mural hay dioses del
inframundo, del cielo, del agua y de la tierra.
El Templo del Monstruo de la Tierra, es el más importante de los cuatro que están en el centro de la Sexta Plataforma en Toniná.
En la escalinata se colocó una figura de estuco del monstruo de la
tierra que devora una esfera solar de piedra. La planta de este templo
es muy semejante a la de palenque; tiene un recinto interior en la
entrada, en el cual hay un dintel original que ha sobrevivido más de mil
años. Sobre éste quedan restos de una serpiente de estuco. Este templo
se orienta con la primera luz solar del solsticio de invierno, y con los
últimos rayos del solsticio de primavera; es conocido también como el
Templo de la Dualidad.
Toniná presenta una
tradición escultórica de rasgos mayas. Sin embargo, tiene una
característica propia, posee destacados altorrelieves en piedra y
estuco.
Para llegar a Toniná,
desde Tuxtla Gutiérrez, toma la carretera 190 hasta el entronque con
Chiapa de Corzo. Continúa por la 190D hasta San Cristóbal de las Casas.
De allí sigue por la 190 a Rancho Nuevo. Después por la carretera 186
hasta Ocosingo. Finalmente toma la carretera S/N a Toniná. La distancia total es de 173 kilómetros.
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