Conjunto de edificios de tres niveles,
que luego de su fundación por los jesuitas en el s.XVI, fue residencia
de los jóvenes que asistían a la Universidad y a otras instituciones de
enseñanza superior. A principios de s.XVIII adquirió, tras una
ampliación, su aspecto actual. Cuando los jesuitas fueron expulsados, el
colegio pasó a manos del clero secular.
En 1867 el edificio fue destinado a la
Escuela Nacional Preparatoria, función que mantuvo -salvo breves
interrupciones durante los años de la Revolución- hasta que en 1978 fue
destinado a centro cultural.
Dos partes integran el conjunto
arquitectónico: el antiguo colegio, cuya fachada cubre casi todo el
tramo de la calle del mismo nombre, y el edicifio construido a
principios del s.XX para alojar a la Universidad Nacional, y cuya
fachada da hacia la calle de Justo Sierra.
El conjunto tiene dos monumentales
portadas. En la portada del llamado Colegio Grande el relieve presenta
la imposición de la casulla a San Ildefonso y el del
Colegio Chico el patrocinio de San José a los jesuitas, además de una
virgen del Rosario realizada en el mismo material. Traspasando ambos
zaguanes se tiene acceso a los patios mayor y menor.
El Colegio Grande es de planta cuadrada,
con siete arcos por banda y tres plantas comunicadas por una escalera
monumental de varios tramos. A los lados del zaguán se encuentran dos de
las dependencias más notables del conjunto desde el punto de vista
artístico: la antigua capilla, que funcionó como biblioteca cuando la
Escuela Nacional Preparatoria estuvo instalada ahí, y el salón general
de actos, denominado cariñosamente “El Generalito”; aquí se conserva una
serie de retratos de los egresados más notables y la sillería del coro
de la antigua iglesia de San Agustín, obra del escultor Salvador de
Ocampo, activo en México durante el último tercio del s.XVII.
Entre el Colegio Grande y el Colegio
Chico se localiza un patio denominado de los Pasantes, con tres
corredores únicamente. El patio chico tiene características similares a
las del Colegio Grande. En sus galerías fueron pintados diversos murales
durante los años veinte por Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas,
José Clemente Orozco, Jean Charlot y Diego Rivera.
El Antiguo Colegio de San Ildefonso,
hoy en día es considerado un punto importante para visitar, sus
hermosas pinturas en las galerías ofrecen al turista una especie de
museo al aire libre. También se realizan exposiciones importantes en el
ámbito nacional e internacional.
Puedes visitarlo los siete días de la
semana y te recomendamos visitar el Templo Mayor y el Palacio Nacional,
ya que por su cercanía se crea un recorrido turístico inigualable en la Ciudad de México.
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