El Palacio de Bellas Artes
es el escenario principal para la presentación de espectáculos de
música, teatro y danza; para exposiciones de artes plásticas y
actividades literarias de alto nivel.
La edificación del Palacio de Bellas Artes
principió en 1904 a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari, autor
del proyecto, quien lo basó en el eclecticismo de la época (una suma de
estilos), en el que sobresalen el art nouveau de fines del siglo XIX y
una notable influencia bizantina.
El movimiento revolucionario de 1910 y
las dificultades técnicas derivadas del terreno pantanoso, que hasta
nuestros días son perceptibles en el paulatino hundimiento del Palacio de Bellas Artes,
interrumpieron la obra hasta su conclusión en 1934, a cargo del
arquitecto Federico Mariscal, alumno de Boari, quien modificó el
proyecto y dio a los espacios interiores del Palacio de Bellas Artes la impronta del estilo art déco, dominante en esos días.
Lo más llamativo del Palacio de Bellas Artes
es la decoración escultórica de su fachada. Al centro hay un grupo de
esculturas llamado La Armonía, obra de Leonardo Bistolfi; las que se
localizan en las laterales son del escultor Boni; las guirnaldas,
florones y máscaras son de Gianetti Fiorenzo; el grupo de águilas que
remata la cúpula, el mosaico del arco del proscenio y el plafón de
cristales de la sala de espectáculos, así como el Olimpo de Apolo
rodeado por las nueve musas son obra de Guo Géza Marotti; los pegasos de
la explanada exterior son obra de Agustín Querol. Las esculturas de la
fachada principal en el nivel del piso son de André Allar.
El Palacio de Bellas Artes
suma a su patrimonio un conjunto de murales representativos de la
plástica mexicana: en el segundo piso están “Nacimiento de nuestra
nacionalidad y México de hoy”, de Rufino Tamayo; en el tercer piso hay
obras sobre temas sociales de José Clemente Orozco, Diego Rivera, David
Alfaro Siqueiros y González Camarena. También hay murales de Roberto
Montenegro y Manuel Rodríguez Lozano.
Un atractivo permanente del Palacio de Bellas Artes
son sus exposiciones temporales que ofrecen siempre colecciones
pictóricas, escultóricas y fotográficas en salas de exhibición que
ocupan uno o varios pisos.
El Telón de Cristal del Palacio de Bellas Artes
se trata de un muro de hierro de doble pared que se levanta a manera de
compuerta. Está revestido por detrás con láminas de zinc acanaladas y
por el lado de la sala con cerca de un millón de piezas de cristal
opalescente -de 2 centímetros cada una- producidas por la Casa Tiffany
de New York, que también hizo el trabajo del bastidor (lámina bronceada)
que simula un gran ventanal. Se construyó para servir como protección
para el público en caso de incendio en el escenario. La construcción de
la cortina metálica fue realizada por casas alemanas. Pesa 22 toneladas y
mide 14 metros de ancho por 12.50 metros de alto, con un espesor de 32
centímetros. El propio arquitecto Boari diseñó el ventanal con las
cumbres nevadas del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl como tema, aunque se
ha difundido un error de que son obra del famoso pintor mexicano Doctor
Atl.
El Palacio de Bellas Artes
tiene como estrellas al Museo de Exposiciones Temporales, el Museo
Nacional de Arquitectura, el Ballet Folklórico de México, el Ballet
Nacional de México, la Compañía Nacional de Danza, la Compañía Nacional
de Ópera y la Orquesta Sinfónica Nacional.
El Palacio de Bellas Artes se encuentra en la Alameda Central y puedes visitar su planta baja de lunes a domingo de 09:00 a 17:00.
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