La catedral de Notre Dame es el alma de París, incluso diría que por encima de la Torre Eiffel. Al fin y al cabo Notre Dame lleva ahí siete siglos y la torre Eiffel sólo unos cuantos años.
Fachada frontal de la catedral de Notre Dame de noche. París. Francia.
Notre Dame supone una visita realmente imprescindible si se visita París. La estampa de su fachada frontal es imponente, y su interior también. Aunque la altura de Notre Dame no es mucha comparada con otras catedrales europeas, sólo 69 metros, su presencia es mucho mayor, tal vez sea por la familiaridad que suscita al haber sido objeto de tantas historias conocidas.
El acceso a Notre Dame es gratuito y se pueden hacer fotos. Siempre sin flash.
Sin embargo, aunque lo impresionante de sus bóvedas y lo bello de sus vidrieras es capaz de alimentar el alma para mí lo más impresionante de la catedral de Notre Dame son sus vistas.
Vista del Panteón de París desde una de las torres de la catedral de Notre Dame.
Las torres de Notre Dame son accesibles. Se puede subir a ellas aunque primero es necesario abonar una tarifa de 8 euros (adultos). Es fácil que la visita lleve una hora y media o incluso dos más el tiempo que haya que esperar en la cola (suele haberla). El acceso se realiza desde el lateral izquierdo de la catedral mirándola de frente.
Vista del río Sena desde la más alto de las torres de Notre Dame. Al fondo, la torre Eiffel. París. Francia.
La visita a las torres de Notre Dame de París conlleva el ascenso de 369 peldaños por lo que es recomendable estar en forma. No existe ascensor ni tampoco hay baños por lo que conviene tomar precauciones al respecto.
Aguja y parter trasera de Notre Dame. París. Francia.
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