En el camino de Taxco hacia Ixtapan de
la Sal, por la sinuosa carretera que permite internarse en la sierra,
hay acceso a dos accidentes geográficos muy peculiares: se trata de dos
largas cadenas de grutas naturales que penetran en los cerros de tipo
calcáreo, por la acción de las corrientes y filtraciones de agua.
Primero están las Grutas de Cacahuamilpa,
a 1,105 metros sobre el nivel del mar. Son las más grandes y
espectaculares grutas del país. Más adelante, unos 12 kilómetros antes
de llegar a Tonatico, están las Grutas de la Estrella, a 1,505 metros
sobre el nivel del mar. Por lo común estas grutas son referidas de
manera independiente. Pero probablemente el fenómeno geológico sea el
mismo y se trate en realidad de dos entradas a las mismas cavernas, dado
que las dos se encuentran en la misma sierra, a pocos kilómetros de
distancia y son cruzadas por los mismos ríos subterráneos: el
Chontalcuatlán y el San Jerónimo, ambos afluentes del río Amacuzac, que a
su vez es uno de los que confluyen en el Balsas.
Las Grutas de Cacahuamilpa fueron descubiertas en 1834. Se dice que Manuel Suárez de la Peña, rico comerciante del pueblo de Tetecala, se ocultó en las Grutas de Cacahuamilpa debido a un asunto judicial. Tiempo después regresó a su pueblo y describió lo que había visto, y a partir de entonces las Grutas de Cacahuamilpa comenzaron a ser visitadas.
El Parque Nacional de las Grutas de Cacahuamilpa
se estableció en 1936, para la recreación y conservación de la flora,
la fauna y los ecosistemas comprendidos dentro de los 16 kilómetros
cuadrados protegidos.
La parte abierta al público de las Grutas de Cacahuamilpa tiene una longitud de 2 kilómetros y está cubierta por una calzada de cemento con luces de seguridad.
En la entrada a las Grutas de Cacahuamilpa
aún venden los ya tradicionales bastones de carrizo, instrumentos que
hace largo tiempo, cuando aún no construían la calzada de cemento, eran
muy útiles para no resbalar.
Los grupos entran a las Grutas de Cacahuamilpa
cada una hora, acompañados por un guía. El recorrido dura dos horas
aproximadamente, si uno hace todos los altos previstos en el itinerario.
Hay tantas leyendas acerca de las Grutas de Cacahuamilpa
que, además de la vista espectacular e imponente de unos 20 salones
naturales, con bóvedas que alcanzan entre 24 y 85 metros de altura,
quizás lo más divertido sea escuchar las historias que cuentan los guías
e imaginar las figuras que a lo largo de más de medio siglo han
descubierto en las formaciones calcáreas, a las que iluminan mediante
lámparas de mano.
A los guías lugareños les gusta contar las historias de que se cree que las Grutas de Cacahuamilpa llegan hasta la costa del Pacífico y prueba de ello es que en la entrada de las Grutas de Cacahuamilpa
se hallaron los restos de un explorador de apellido Releigh que,
proveniente de la costa, no alcanzó a salir porque sufrió un accidente
fatal a metros de la boca de la caverna, entonces, su perro salió a
pedir ayuda y fue así como se descubrieron las Grutas de Cacahuamilpa.
Son, en efecto, extensas (12 kilómetros o quizás un poco más), pero no
hay prueba alguna de que continúen hasta la costa o cosa parecida.
Desde 1982, periódicamente se celebran
aquí conciertos, en una sala adaptada para ello en uno de los salones
naturales. Esto ocurre habitualmente durante las Jornadas Alarconianas,
festival cultural en honor del escritor Juan Ruiz de Alarcón, oriundo de
Taxco.
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