"Empiezo un largo viaje...". Así abría Marc Serena su primer post allá por noviembre de 2008 en el blog "La vuelta de los 25". Hoy, casi tres años después, tengo en mis manos un libro firmado por él con el mismo título. Aquel largo viaje que describió en su bitácora le llevó por 25 países durante un año. En su apasionante periplo por los cinco continentes conoció a 25 jóvenes de 25 años. Los mismos que tenía él cuando se lanzó a la aventura. Su libro, publicado por Ediciones B, es un entretenido y honesto retrato de su generación. Sin pretensiones, sin adornos, sin artificios. Centrado en sus protagonistas y exento de cualquier forma de egocentrismo. No es un libro para conocer a Marc Serena y su mundo interior. Es un libro para mirar hacia distintos rincones del planeta sin prejuicios.
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En las últimas semanas he tenido la oportunidad de coincidir con Marc en varias ocasiones, de asistir a alguna de las presentaciones de la obra y de poder charlar tranquilamente de su aventura. Bastan unos pocos minutos con él para convencerse de que adjetivos tan desgastadas como "honesto, sincero, nada pretencioso" están realmente bien empleados cuando uno se refiere a él y a cómo ha contado esta historia. Eran cosas que ya pensaba antes de conocerle, mientras leía el libro, y que me ha alegrado corroborar. Marc tenía el material y el potencial para lucirse, para contarnos la gran epopeya de su vida, para inundarnos con las aventuras y desventuras de un joven dando la vuelta al mundo en solitario... pero no lo hizo. Eligió ceder el protagonismo a los que debían tenerlo, eligió no emborronar la obra con reflexiones y pensamientos traídos del más acá. Aunque parezca contradictorio; incluso eligió no elegir. Marc pudo haber salido de Barcelona con 25 contactos que reflejaran lo que significaban sus respectivos países. Pero no lo hizo. Salió de aquí con la mirada limpia, dispuesto a dejarse sorprender, dispuesto a que de un modo u otro fueran los 25 jóvenes los que le fueran eligiendo a él a medida que avanzaba el viaje.
El resultado es un libro ágil, intenso y siempre interesante. Una de las obsesiones de Marc era no aburrir al lector y a fe que lo consigue. En cada capítulo se cuenta la historia de uno de los jóvenes a los que entrevistó en un aparente planteamiento de "cuentos inconexos". Cada nuevo capítulo, claro, no retoma la historia anterior, sin embargo uno lo va viviendo como una narración continuada con la sensación de haberse subido en una montaña rusa llena de paisajes, contextos y personajes diferentes. Incluso algunos finales recuerdan vagamente al final de ese episodio de tu serie favorita cortado abruptamente en el instante más álgido. En un momento nos vemos pidiendo dos limonadas en algún local de Sudáfrica donde somos el único blanco habido y por haber y momentos después estamos escuchando el despertador en un albergue de Mozambique listos para un nuevo día y una nueva aventura.
En la "La vuelta de los 25" no hay demasiada tregua para el análisis y desde luego no hay sitio para moralejas. Marc tiene su propia visión del mundo y, por supuesto, queda reflejada en el libro. Pero que nadie espere una dosis de realidad masticada y medio digerida. La reflexión la pone sobre todo el lector; al final de cada capítulo o cerrando el libro e intentando proyectar ese instante tan especial en la marae de una tribu maorí. Cada uno encontrará su método y su momento. En el camino tendremos la oportunidad de tumbar prejuicios, descubrir vidas paralelas a las nuestras y de conocer un poquito más el mundo que nos rodea. Al final del viaje, seguro, seremos un poco más ricos de espíritu.
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