Paquimé, es el asentamiento prehispánico más grande del Norte de México,
hoy es uno de los sitios más impresionantes por su arquitectura de
tierra, sus muros ondulados, sus puertas en forma de T y sus antiguas
acequias.
La cultura Paquimé dio
inicio alrededor del año 700 d.c. con la presencia humana que introdujo
la agricultura y la construcción de pequeñas casas semisubterráneas
edificadas a la orilla de los ríos Piedras Verdes, San Pedro y San
Miguel.
Paquimé tuvo su apogeo
en los siglos XIV y XV, su desarrollo comercial en esta época fue muy
importante: surtían turquesa procedente de minas norteñas hasta el
centro y Sur de México, comercializaban la concha
traída por toneladas desde las costas de Sonora, Sinaloa y Baja
California; así también las guacamayas y sus plumas eran redistribuidas
por toda la región.
Su extraordinaria cerámica policromada fue igualmente utilizada como bien de pago. Indiscutiblemente, Paquimé es uno de los sitios históricos más valorados en el Norte de México.
Las edificaciones de Paquimé
son de hasta de cuatro niveles, destacan por la funcionalidad y por la
integración natural al medio. Parecieran surgir de la tierra, diseñadas
como obras vanguardistas que arrancan de la superficie arenosa para
convertirse en muros de la misma materia compactada, lo que da lugar a
una consumada armonía. De su extensión total, sólo una fracción está
cerrada y una menor excavada.
Los edificios tienen rasgos de la
cultura de Oasisamérica y demuestran la destreza de los arquitectos
prehispánicos que la diseñaron. En el Oeste de la zona hay una hilera de
estructuras construidas con relleno y piedra que probablemente
estuvieron cubiertas con cal pintada; ésos fueron los centros
ceremoniales.
La Casa de las Guacamayas, es una de las construcciones más auténticas de Paquimé,
donde los antiguos pobladores adoraban a las guacamayas y fomentaban su
conservación y reproducción, a través de un criadero perfectamente
establecido. Así como esta edificación, los restos de la Ciudad de Paquimé, testimonian el desarrollo cultural del Norte del México antiguo y la perfección de la arquitectura de tierra de la región serrana de la sorprendente Chihuahua, una mezcla de técnicas.
El Juego de Pelota es similar a los que
se conservan de la cultura tolteca. Aquí mismo se descubrieron
pectorales formados por cascabeles en forma de tortuga, hechos con la
técnica de la cera perdida.
La Casa de los Hornos, forma parte de un
conjunto de nueve cuartos y dos plazas pequeñas. Se cree que los hoyos
encontrados en su interior fueron usados para cocer el agave o sotol,
empleando piedras calientes.
El Museo de las Culturas del Norte, anexo al sitio arqueológico de Paquimé,
ofrece un interesante guión informativo sobre la arqueología, historia y
costumbres de esta gran cultura prehispánica norteña. Cuenta con una
importante colección de piezas arqueológicas e históricas, vinculadas
con la misión de San Antonio de Padua.
El museo exhibe una reproducción a escala de la Ciudad de Paquimé.
Cuenta con una sección dedicada a los grupos étnicos y mestizos
recientes, además de algunos testimonios relativos al movimiento
revolucionario de Chihuahua surgido a principios del siglo XX.
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