Rodeada de ceibas, jacarandas y cactus, se encuentra en Chalcatzingo, una de las pocas pirámides de base redonda que se construyeron en Mesoamérica.
Cuando los mexicas llegaron a los valles de Morelos entre el 1200 y 1519 d.c., le dieron a este lugar el nombre de Chalcatzingo, palabra náhuatl que significa “el preciado lugar de los chalcas”. En esta época Chalcatzingo vivía bajo control tributario, el cual se le pagaba a los mexicas con tomates rojos, cacahuates, algodón y miel.
Aproximadamente en el año 1500 a.c., los olmecas se establecieron en Chalcatzingo debido al potencial que este sitio tenía para la agricultura. Quinientos años después, y durante más de 1000 años, Chalcatzingo fue la sede de un centro político sumamente importante para la época.
Además de pirámides, se encuentran
esculturas talladas en piedras y una serie de enormes bajorrelieves en
paredes rocosas, hechos por los olmecas, y que reflejan la manera en la
que veían y entendían la vida de ese entonces. Un ejemplo es el relieve T
“La creación del Hombre”, del cual no hay una interpretación 100%
segura, pero lo más probable es que hable de cómo los humanos emergieron
de la madre tierra. Otros de los relieves son titulados “El Dador del
Agua”, “La Fertilidad” y “El Linaje de los Gobernantes”.
El Museo Arqueológico es pequeño, por lo
que sólo se encuentran una serie de cuadros con información acerca de
la localización de los monumentos y la cronología de Chalcatzingo.
Es recomendable entrar al museo y leer toda esta investigación antes de
visitar la zona arqueológica para tener una noción del potencial que
tuvo Chalcatzingo.
Para llegar a Chalcatzingo
desde Cuernavaca, debes tomar la carretera 115D México-Cuautla hasta el
entronque hacia Izúcar de Matamoros. En el crucero de Amayuca gira a la
derecha, avanzando unos 4 kilómetros y sigue por la desviación a la
izquierda que lleva al pueblo y zona arqueológica de Chalcatzingo. La distancia total son de 68 kilómetros.
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