Hamburgo, durante siglos ha sido el puerto más importante de Alemania y el Norte de Europa, lo que no sólo ha significado un importante desarrollo comercial, sino también gastronómico. En Hamburgo
abundan los restaurantes donde el pescado es el protagonista, como
también las calles repletas de galerías comerciales, grandes almacenes y
boutiques para todos los gustos y precios.
Hay que conocer Hamburgo
por la Reeperbahn, por la Kunsthalle, por Sankt Pauli y Speicherstadt.
Hay que dar un paseo por el Elba, subirse a la Torre Heinrich Hertz y
admirar la fachada de la Iglesia de San Nicolás. Si no sabes de qué
estamos hablando, la solución es fácil. Sólo hay que conocer Hamburgo.
La historia de Hamburgo
comienza en 808 d.C., cuando Carlomagno dio la orden de construir el
castillo Hammaburg, para que vigilara la parte norte del río Elba. Desde
ese momento, la ciudad comenzó a adquirir importancia, pues sólo en el
año 834 adquirió para sí la sede de un obispado católico romano.
Fue quizás esta mezcla de hitos los que llevaron a cientos de personas a instalarse en Hamburgo,
dedicándose a la pesca y el comercio, en su mayoría. Pero no fue tan
fácil, pues en el año 845 fueron dominados por los vikingos. Menos de
dos siglos después, el rey polaco Miecislao II mandó a incendiar la
ciudad. Las catástrofes siguieron con el danés Valdemar II, que no sólo
la asaltó, sino también la ocupó.
Sólo en 1189 Hamburgo logró su libertad,
consolidándose como un puerto de entrada para Europa del norte. Siglos
más tarde comenzó una ola de inmigración, desde los Países Bajos,
Francia y Portugal, lo que le otorgó un notorio carácter cosmopolita.
Además, este crecimiento poblacional le permitió convertirse en el
tercer puerto más importante de la Europa atlántica.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, Hamburgo
fue bombardeada varias veces, lo que destruyó el 70 por ciento de la
ciudad. Ante ello, no le quedó más alternativa que unirse a las fuerzas
británicas en 1945.
La ubicación del telón de acero afectó a Hamburgo
directamente, dado que se redujo el comercio marítimo, posición que la
ciudad comenzó a recuperar, paulatinamente, luego de adherirse a la
Unión Europea en 2001.
En Hamburgo te
recomendamos visitar: Speicherstadt, el Ayuntamiento, la Iglesia de San
Nicolás (Sankt Nikolaus Kirche), la Iglesia de San Miguel (Sankt
Michaelis Kirche), la Torre Heinrich Hertz, el Lago Alster, el barrio
rojo de Reeperbahn, el pueblo de Blankenese, la Sala de Arte
(Kunsthalle), el Museo de Historia de Hamburgo (Museum für Hamburgische
Geschichte), los Calabozos de Hamburgo (Hamburg Dungeon), la Miniatur
Wonderland, el Museo de Speicherstadt (Speicherstadt Museum), el Museo
Marítimo Internacional (Internationales Maritimes Museum Hamburg), la
galería de Deichtorhallen, entre otros.
La vida nocturna en Hamburgo
es fácil de definir, pues se reúne, la mayoría, en el barrio porteño
Sankt Pauli, sobre todo en la calle Reeperbahn y sus alrededores.
En el barrio porteño destacan las
discotecas Golden Pudel Club (St. Pauli Fischmarkt 27), Kukuun
(Talstrasse 9), Halo (Grosse Freihei 6) y Cult (Grosse Freiheit 2). Por
otra parte, buenas bandas de rock y música indie se reúnen a tocar en
Molotow (Spielbudenplatz 5) y en Grosse Freiheit 36 (Grosse Freiheit
36). Si la idea es tomar un trago de manera relajada, lo mejor es
Christiansens Fine Drinks & Cocktails (Spielbudenplatz 7), 20 Flight
Rock (Friedrichstrasse 29), Cobra Bar (Friedrichstrasse 29) y
Roschinsky’s (Hamburger Berg 19).
Los principales medios de transporte de Hamburgo
son buses, trenes y barcos, los cuales utilizan el mismo ticket. Los
trenes son una muy buena opción, pues abarcan toda la ciudad y los
atractivos turísticos más importantes.
Conviene ir a Hamburgo durante la primavera y el verano, pues la temperatura es muy agradable, sin los fríos de las estaciones invernales.
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