Un mar de arena poblado de olas doradas
que conmueven por su brillo, altura y desolación, son los componentes
principales de este hermoso lugar llamado Médanos de Samalayuca.
El arenal, como le llaman los pobladores, es un inhóspito lugar que recibe su nombre por el pueblo Samalayuca,
localizado en el extremo Norte del gran desierto, y principal de la
región, a 47 kilómetros al Sur de Ciudad Juárez. Con una dimensión de
150 kilómetros cuadrados, impresiona con colinas arenosas de variados
tamaños y formas.
El Médano de Samalayuca
está formado por fina arena blanca, acumulada a partir de un proceso
erosivo que tardó millones de años. La poca vegetación y vida animal se
debe a que la humedad del área es escasa. Fósiles marinos hallados
varios metros debajo de la arena confirman que sobre los médanos secos,
hace millones de años, había un suculento mar.
El 5 de junio de 2009, por decreto del
presidente Felipe Calderón Hinojosa, se estableció el área de protección
de flora y fauna Médanos de Samalayuca.
Los cambios de temperatura en la región
son extremos y bruscos, por eso se sugiere llevar ropa liviana para el
día y abrigadora para cuando cae el sol.
Desde 1997 se realiza el Festival
Turismo y Aventura dedicado a los amantes de los deportes extremos. Se
organizan competencias de motocross, ciclismo, cuatrimotos, carrera
pedestre y todo terreno, entre otras. La prueba más compleja es la
llamada Ultramaratón, que abarca desde los cañones de Guachochi hasta
los Médanos de Samalayuca.
Los Médanos de Samalayuca,
en el atardecer, el cielo se viste de colores morados, ocres y
amarillos, generando en los visitantes una gran sensación de calidez y
armonía. Colosales médanos de arena dorada sorprenden a los visitantes
por su gran parecido a los conocidos “Desierto de Atacama en Chile” y
“Desierto del Sahara en África Occidental”, la primera la más árida y
alta del mundo, mientras que la segunda la más extensa.
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