Ubicadas muy cerca de Tonatico, un poco
más allá de Ixtapan de la Sal, encontramos estas maravillosas grutas.
Sus formaciones de estalactitas y estalagmitas son tan abigarradas que
parece un milagro que ese asombroso paisaje subterráneo haya sido
diseñado tan acuciosamente por la madre naturaleza a través de miles de
años.
La Gruta de la Estrella
cuenta con dos paseos: uno para el turista común, que es la visita por
sus diferentes salas, en donde se pueden admirar las caprichosas
formaciones, a lo largo de un camino de cemento que goza de una
iluminación que favorece mucho lo ya de por si hermoso del lugar. Y otro
para el visitante más temerario; de febrero a junio se puede hacer un
recorrido de tres horas y media por el río subterráneo El Zapote.
Esta caverna es uno de los accidentes geográficos más sorprendentes del Estado de México,
se localiza en el borde de la depresión del río Balsas, en la boca de
los ríos subterráneos Chontalcuatlán y San Jerónimo. Estas fosas de
caprichosas y bellas figuras naturales, que están iluminadas y
acondicionadas para el visitante, tienen una longitud de 2 kilómetros.
Por los hallazgos de ciertos objetos prehispánicos, se cree que estas
cavernas fueron en la época prehispánica, un adoratorio consagrado a
Tláloc “Dios de la Lluvia”.
La entrada, orientada hacia el noroeste,
está situada al pie de un acantilado calcáreo en la barranca del
Zapote, la forma un amplio arco de 12 metros de anchura y se eleva a
1,508 metros sobre el nivel del mar.
La entrada conduce a una cavidad de 45
metros de largo por 25 metros de ancho, la cual sigue una curva muy
pronunciada. Allí, el río corre junto a la pared derecha, precipitándose
posteriormente en tres cascadas sucesivas, después de pasar un cañón
labrado por sus propias aguas. Pasando por un puente, permite el paso al
borde de un acantilado y al final de este, la curva se abre a dos
niveles.
En este lugar se forman frecuentemente
neblinas de condensación por la mezcla de masas de aire a diferentes
temperaturas. Las paredes y cámaras de las galerías más profundas son de
color oscuro, permitiendo de esta manera que se destaquen
incrustaciones calizas de colores muy extraños.
Hay 3 diferentes clases de murciélagos
que habitan estas cuevas, los que comen insectos, los que comen frutas y
los que se alimentan de la sangre de mamíferos, el guano de estos
últimos tiene un penetrante aroma a amoniaco.
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