Despues de conocer más o menos a fondo la ciudad sueca de Uppsala nos dirigimos nuestro viaje a la isla de Gotland. Aquí tienes una pequeña guía para saber como organizar y estructurar tu viaje a Visby.
Gotland es una isla en el mar Báltico que constituye uno de los principales destinos de vacaciones para los suecos.
La capital y principal ciudad de Gotland es Visby, un precioso pueblo con un conjunto arquitectónico de origen medival digno de visitar.
Iniciamos el viaje bien temprano con el objetivo de pasar en Gotland aproximadamente un día y medio. Un día y medio es tiempo más que suficiente para visitar Visby con relativa profundidad y visitar someramente la isla si se alquila un coche. Nosotros decidimos no visitar la isla para evitarnos agobios y tener más tiempo para descansar y disfrutar de Visby. Si pretendes conocer la isla con más profundidad te recomiendo que pidas una guía de Gotland en la oficina de turismo de Visby.
Para completar el viaje a Gotland desde Uppsala se han de seguir los siguientes pasos:
- Uppsala-Estocolmo en tren.
- Estocolmo-Nynäshamn en autobus.
- Nynäshamn-Visby en ferry.
Obviamente, para el viaje de vuelta hay que hacer el camino inverso.
También se puede acceder, como es lógico, por avión con la consiguiente multiplicación de costes.
El billete de tren desde Uppsala a Estocolmo cuesta 87 coronas. Puede costar menos dependiendo de la edad del viajero. Los trenes salen cada media hora y son extremadamente puntuales que para algo son suecos. 20 minutos antes de la salida los trenes ya está en andén por lo que es recomendable subir con antelación para coger sitio. Suelen ir bastante llenos.
El viaje a Estocolmo dura unos 40 minutos.
En Estocolmo, desde la estación central, se puede acceder directamente a la terminal de autobuses, lo cual es muy cómodo.
Tanto el billete de autobús como el de ferry se pueden adquirir juntos como un todo en Destination Gotland. El billete de autobús viene a costar unas 90 coronas y el del ferry a Visby nos costó 159 coronas. Estos precios pueden variar en función del horario y la edad del viajero. Es recomendable comprobar en que tipo de barco se viaja porque son bastante distintos.
El autobús es extremadamente puntual y sale 1 hora y cuarto antes de que parta el barco. Sobra tiempo.
Una vez en Nynäshamn se ha de esperar a la llegada del barco. Se puede facturar una maleta por pasajero gratuitamente y lo encuentro bastante recomendable. Recuperarla a la llegada es bastante rápido y creo que debe ser molesto llevarla en el viaje.
Nuestro billete era de clase económica. Esto significa que no tienes asiento y has de encontrar sitio en la cafetería del barco. La cafetería del ferry era bastante amplia así que no encontramos dificultades para encontrar sitio. De hecho, debe ser lo habitual porque los asientos de clase superior, aparentemente muy cómodos, por cierto iban prácticamente vacíos. Se puede coger sitio con cualquiera de tus pertenencias e ir, por ejemplo, a buscar comida. Da igual lo que dejes. Cuando vuelvas estará donde lo dejaste.
El viaje dura algo más de tres horas y un ferry no es un lugar muy animado así que recomiendo que lleves algún libro o alguna película en el ordenador portátil. Otra ocupación consiste en comer, desayunar o cenar en la cafetería del ferry. Disponen de diversas opciones de menú a precios muy razonables teniendo en cuenta que, primero, estás en Suecia y, segundo, estás en un barco y no puedes elegir donde comes. Si bien está última situación hubiera sido aprovechada en España para cobrarte 150 euros por unas nueces, los suecos, por alguna razón, no parecen sentir la necesidad de estafarte, aprovecharse de ti o cobarte por cosas que no cuestan dinero. El resultado es que puedes comer un buen plato de carne en salsa (hay otras opciones) con pan, mantequilla, un vaso de agua (gratis, por supuesto), un poco de ensalada y café por 81 coronas, 8 euros al cambio. Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado ese precio. Una hamburguesa cuesta, por ejemplo unos 12 euros. Parece caro, sí pero te aseguro que me sentí desgraciado cuando se la vi comer al de al lado. Tenía un aspecto fantástico.
Otra ocupación que puedes adoptar en el viaje es, por supuesto, dormir. Sin el más mínimo escrúpulo. Los suecos, ahí donde les ves, no dudaban ni un segundo en quitarse los calcetines y apoyar los pies sobre la silla de enfrente o en tumbarse en los sofás (hay bastantes) o incluso en el suelo. Parecía la tercera clase del Titanic. Sinceramente esperaba unos modales más refinados entre el pueblo sueco aunque también he de decir que lo hacen con tal naturalidad que no resulta molesto.
Al final del viaje, ya en las proximidades de Visby, merece la pena ver la ciudad mientras el ferry se acerca al puerto, nuestro primer objetivo era llegar al hotel.
Existe una oficina de turismo en el mismo puerto por lo que es muy sencillo conseguir un mapa de la zona y más información si la necesitas. Si la necesitas y tienes ganas de preguntar, mejor dicho, porque en la oficinas de turismo suecas (en las dos que visité) nadie te explica ni pregunta nada. Si quieres un mapa te dan un mapa y listo pero no creas que intentan venderte el producto nacional. Allí el que no pregunta no mama. Eso sí, son corteses y amables así que si preguntas te tratarán bien en un inglés muy correcto.
Nuestro hotel estaba fuera de la ciudad amurallada. Era el hotel Tott. El camino de ida lo hicimos andando y con las maletas cargando se hace pesado. Recomiendo fervientemente coger un taxi que vendrá a costar unas 120 coronas.
El hotel Tott es un hotel completamente nuevo. Se diría que nadie había estado antes en nuestra habitación que, por cierto, era impresionante. Calculo que tendría unos 30 o 35 metros cuadrados con una cama enorme, un baño completo y un salón enorme también con cocina. Un hotel precioso en el que nos trataron con gran amabilidad y que dispone de vistas al mar Báltico en todas sus habitaciones. El precio fue de 1000 coronas por noche con el desayuno incluido (¡y menudo desayuno!) pero no me pareció caro teniendo en cuenta la calidad del hotel.
Una vez en el hotel no es necesario contratar un taxi para moverse a Visby ya que la muralla queda a unos 10 minutos del hotel andando con tranquilidad.
El tiempo que nos encotramos en Gotland a principios de Mayo era más desapacible que en Uppsala, algo más frío, con mínimas de 0 grados y máximas de 7-8. Sin embargo tuvimos suerte y aunque amanecía nublado se despejaba por la tarde por lo que pudimos disfrutar de los maravillosos atardeceres del Báltico. Por cierto, se ven desde el hotel.
Siluetas junto al mar Báltico al atardecer. Gotland. Suecia.
Si necesitas más información sobre Gotland o Visby puedes encontrarla aquí.
¡No te cortes! Si tienes una pregunta, propuesta, crítica o una experiencia a compartir sobre tu propio viaje deja un comentario. ¡Gracias!
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